viernes, 16 de diciembre de 2016

EL PÁNICO ESCÉNICO Y CÓMO SUPERARLO

Todos los que nos tenemos que subir a un escenario habitualmente sentimos cierto nerviosismo previo, pero en algunos momentos puntuales de nuestra carrera puede aparecer un miedo extremo que en algunos casos incluso llega a paralizar literalmente a una persona.
El pánico escénico es definido por los psicólogos como un trastorno de ansiedad, que produce en quien lo padece un miedo incontrolable a hablar o actuar en público. Es una grave enfermedad que puede solucionarse con un tratamiento adecuado a cada persona, o puede durar para toda la vida si no se trata. 
Sus principales síntomas son sudoración, taquicardias, temblores de manos, (imaginaros esto en un músico, que casi no pueda ni sujetar su instrumento), sequedad bucal, (para los de viento, ufff), náuseas, incluso en algunos casos incontinencia urinaria, y un largo etcétera que varía según cada individuo.
Y, ¿por qué aparece el pánico escénico? Existen muchas razones por las que un músico puede sufrir este tipo de trastorno alguna vez a lo largo de su carrera: miedo a la crítica del público y al fracaso, falta de preparación, obsesión por la perfección, baja autoestima, traumas anteriores, ... en cualquiera de los casos es aconsejable acudir a un especialista que nos ayude a solucionar el problema en cuanto comience a afectar a nuestra vida laboral. No obstante existen una serie de técnicas que nos pueden ayudar a superarlo cuando aparecen los primeros síntomas:

-Prepárate muy bien la actuación o concierto. Si has dedicado suficiente tiempo al estudio, podrás subirte al escenario con más seguridad en ti mismo.

-La importancia del descanso: Nunca, repito, NUNCA ensayes justo antes del concierto. Si no has estudiado todo lo que debías, en el último momento no vas a solucionar nada, es más, te pondrás muchísimo más nervioso al darte cuenta de tu falta de preparación. Tómate unas horas de relax, y aprovecha para realizar ejercicios de calentamiento (ya he hablado de este tema en otro post).

-Alimentación: Recientemente leí un artículo sobre los alimentos que deberíamos evitar antes de una actuación.  (Sobra decir que tocar después de una buena comilona no es muy aconsejable, sobre todo si eres de viento). Lo más recomendable, según los expertos, sería comer una ensalada ligerita, y una pieza de fruta, en concreto plátano (por su aporte extra de energía), e hidratarse bien. Lógicamente nos olvidaremos del café, por razones obvias.

-Aprende a afrontar las críticas: Tenemos que asumir que no podemos gustarle a todo el mundo, pero en muchas ocasiones nos pueden ayudar a mejorar, abriéndonos los ojos ante otros puntos de vista.

-Relajación previa: Existen infinidad de técnicas de relajación, meditación, concentración, etc., que nos pueden ayudar a calmarnos un poco antes de subir al escenario. (escribiré un post aparte sobre técnicas de relajación para músicos, ya que es un tema bastante amplio).

-Una vez sobre el escenario es probable que cometamos algún error: una nota mal afinada, un dedo que se nos escapa, la embocadura no quiere quedarse en su sitio (como flautista-mujer me ha pasado en alguna ocasión; la mezcla de maquillaje y focos no es muy recomendable, por lo que aconsejo un maquillaje con textura seca). Ante cualquier pequeño fallo, mantengamos la calma. Lo más probable es que el público no se haya dado cuenta, así que lo mejor es continuar con nuestro repertorio como si no hubiera pasado nada...


Existen muchos consejos para superar el pánico escénico, sólo tenemos que encontrar lo que más se adapta a nuestras necesidades, pero en el momento en el que nos demos cuenta de que no podemos solucionarlo solos, debemos buscar ayuda profesional inmediatamente, antes de que sea tarde.